El tema despierta los más apasionados debates. Al momento de escribir este documento Antanas Mockus acaba de ponerse a la cabeza en las encuestas por primera vez y saltó ni mas ni menos que 9 puntos porcentuales por encima del candidato Juan Manuel Santos, quien representa la sucesión política del presidente Alvaro Uribe.
Mockus es un ateo declarado y un hombre totalmente impredecible. Ha llegado a esta instancia con una estrategia inteligente de alianzas y una campaña enfocada en legalidad y justicia con pedagogía. Claro, es un maestro. Matemático y físico, fué director de la Universidad Nacional, cuna de la izquierda colombiana. Pero él personalmente se define como un candidato de centro.
En fin, el punto no es de qué lado está sino cómo llegó aquí. Hay un antecedente cercano de alguien que llegó de la misma manera a la presidencia de su país: Barack Obama. Este lo hizo deslumbrando, adhiriendo fanáticos con el uso de internet, con el apoyo de la farándula de su país fué dejando a sus competidores uno a uno atrás. Su elección como presidente me asombró. Pocos días antes leí el libro "Cómo la Democracia elegirá al Anticristo", de Arno Froese, uno de los escatólogos más respetados de nuestros días. En este libro Froese explica cómo, según las escrituras el dictador del Nuevo Orden Mundial llegará al poder elegido democráticamente, como dice la Biblia:
"Y sucederá en su lugar un vil, al cual no darán la honra del reino: vendrá empero con paz, y tomará el reino con halagos." (Dan 11:21)
De la misma manera está ganando adeptos Mockus en Colombia. Lo más preocupante es que Colombia es un país polarizado, donde la lucha contra la guerrilla y los enemigos externos como Hugo Chávez, Rafael Correa -Ecuador- y Daniel Ortega de Nicaragua exige una decisión firme por parte del pueblo colombiano. Elegir a Mockus significaría entregarle el país a Hugo Chávez y su plan expansionista -que incluye a las Farc porsupuesto-.
Sin embargo a pesar de todos los argumentos, las pasiones, la importancia de la decisión el Señor me dijo: yo tengo cuidado de tí, refiriéndose a sus hijos. Así que no importa quién llegue a la presidencia de Colombia o de Estados Unidos, Jesús está rogando por nosotros. No por el mundo sino por nosotros. En el mundo pasa lo que debe pasar para que se cumplan las profecías, sin embargo Jesús tendrá cuidado de nosotros:
"Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son:"
(Joh 17:9)
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